prospera bien en terrenos secos y se cultiva por semilla o por división de matas. Durante la primera cosecha se debe realizar un solo corte, y en las siguientes dos: uno en primavera y otro en otoño.
En la destilación de sus esencias se utilizan los tallos, las hojas y las flores.
Por su toxicidad se recomienda tener cuidado con su manejo y no mezclarla con otras plantas.
La ruda es un arbusto que mide entre 50 y 100 centímetros de altura, de tallo leñoso, ramoso y redondo, hojas carnosas verde azulado y grisáceas o blanquecinas, alternas, pecioladas, provistas de glándulas que despiden un fuerte olor acre y amargo cuando se frotan.
Sus flores forman vistosos ramilletes de color amarillo limón; el fruto en forma de ciruela es una cápsula con múltiples semillas uniformes de color negro, portadoras de la droga que en la India llaman harmala.
Existen muchas especies de esta planta, pero las principales son la de jardín -la que más se utiliza- y la silvestre, que es la más tóxica.
La ruda es conocida como una de las plantas mágicas más poderosas, siendo muy utilizada desde la antigüedad como protectora contra todo daño, ataques psíquicos, envidia, trabajos de magia etc.
Su uso también es muy popular como elemento de “corte” de trabajos de magia amorosa negativa.
Además de estos efectos conocidos popularmente, la ruda realza la luz en nuestro interior y los buenos sentimientos.
Esta planta tiene más poderes mágicos si nos la regalan, también si se arrebata un gajo de algún jardín, en vez de comprarla en un vivero.
Asimismo, en algunos lugares todavía se acostumbra bañar a las mujeres con ruda dos o tres días después del parto para quitar los “aires”, fortalecer los músculos y tranquilizarlas.
También es usual quemar ruda dentro de las casas, pues se dice que al ahumarlas sus esencias limpian el ambiente y a sus moradores.
Según la creencia popular, se “cura” la perrilla u orzuelo externo; para ello hay que pasar sobre el ojo un ramito de ruda, que luego se tira sin fijarse dónde cae, aunque luego hay que evitar pasar por ese sitio durante un tiempo.
Si los bebés están muy molestos se limpia su cuerpecito con el ramo, y para sacarlos a la calle se les coloca un ramito en su manta para que “no topen aire”.
Al entrar a un panteón, se acostumbra usar un ramito detrás de la oreja, y una maceta con ruda en la entrada de la casa o en el jardín evita las malas vibras que traen los visitantes no deseados.
Cuando el ánimo está caído, cuando sientes rechazo de los demás, o que jamás lograrás conquistar el corazón que te desvela, es muy probable que tus energías estén en baja, tal vez por la influencia de energías negativas que te rodean, o por las propias que generan estos sentimientos.
Aprovecha la sabiduría y la vibración positiva de esta planta, para realizar un baño de descarga, que utilizarás en esos momentos en que las fuerzas declinan y necesitas sentirte mejor.
Para cargarte con energía áurica positiva, prepara una infusión con 3 litros de agua, 9 hojas de ruda macho, que habrás cortado con el mayor cuidado y agradecimiento, y un puñado de sal gruesa. Haz hervir la preparación, luego déjala reposar y enfriar, y una vez finalizado tu baño habitual, viértelo desde la nuca hacia abajo, como un último enjuague. Luego te secas dando golpecitos suaves, sin refregar la piel. En lo posible, luego viste prendas holgadas, de color claro. El poder de la ruda barrerá con cualquier tipo de negatividad, y con el correr de los días te sentirás más positivo, más seguro de ti mismo, y tus encantos saltarán a la vista sin esfuerzo. Este tipo de creencias todavía prevalecen y se sigue utilizando ruda en diversos rituales que no debieran sustituir la atención médica en los casos necesarios.