Es originario de la zona Mediterránea y sus hojas son utilizadas como condimento en la cocina.
Se trata de un árbol de gran tamaño, de tronco grisáceo y hoja perenne que suele medir hasta 9 metros de altura.
Se caracteriza por sus hojas gruesas y elípticas, brillantes y de color azul verdoso, así como por sus flores amarillentas, las cuales despiden un agradable aroma.
Debido a sus cualidades aromáticas, el laurel ha sido muy apreciado en diferentes industrias, muy especialmente en la culinaria, donde se le emplea como especia o condimento, para lo cual es necesario llevar a cabo el secado de sus hojas que, de no ser sometidas a dicho proceso, podrían resultar tóxicas.
En cuanto a las propiedades que se le atribuyen al laurel, encontramos que esta hierba posee las siguientes:
- Antiinflamatorias: gracias a su contenido de eugenol el laurel ayuda a reducir la inflamación y a relajar los músculos.
- Ansiolíticas: las hojas de laurel poseen un efecto tranquilizante, tanto para la mente como para el cuerpo, especialmente cuando sus hojas se queman.
- Vasoconstrictoras: el laurel ayuda a mejorar la circulación de la sangre y beneficia al sistema nervioso, por lo que resulta ideal para tratar migrañas y cefaleas.
- Potenciador del sistema inmune: al ser una fuente de antioxidantes, el laurel ayuda a incrementar las defensas y a proteger al organismo contra agentes externos dañinos.
- Expectorantes: el laurel funciona como un remedio natural para despejar las vías respiratorias frente a gripes y catarros, e incluso ayuda a tratar problemas de alergias y de asma, promoviendo una buena respiración.
- Humectantes: en vista de que el laurel posee un aceite rico en antioxidantes, vitaminas y minerales, su uso tópico puede favorecer la apariencia de la piel.
- Antimicrobianas: el laurel ayuda a desinfectar ya a eliminar bacterias, previniendo posibles enfermedades e infecciones.